Quiero hablarte de los beneficios dentro del grupo terapéutico

 

La terapia en grupo está indicada para trabajar y explorar de una manera  amplia  y con la ayuda del reflejo que aportan los/as compañeros/as, mi estar en el mundo. Todo aquello que se pone y pongo en juego como miembro de una sociedad, de una familia, de un equipo, de un grupo..

De manera callada, y a veces no, el grupo nos pone en canción: quién eres, qué haces aquí, qué buscas, qué estás dispuesto a poner en juego, qué tienes para dar a cambio…

Para los que habéis pasado por los 2 procesos, el de la terapia individual y el del grupo terapéutico, sabéis que lo  que se mueve en cada uno es distinto. En terapia individual todo el espacio lo ocupas tú, tu terapeuta está ahí para tí, para lo bueno y lo malo. Se podría parecer a ser hijo/a único/a. Cuando formas parte de un grupo de terapia tienes que buscar tu sitio, coger tu espacio, compartir, reñir… también te puedes apoyar en otros/as, acompañar, aprender de otras experiencias, como cuando se tienen hermanos y hermanas.

El grupo enseña a ver y a usar el propio poder y también enseña a amar.

Algunos de los beneficios que ofrece son:

– La diversidad de experiencias individuales, cada persona del grupo, con su individualidad y experiencias personales, ofrece a los/as demás integrantes formas de actuar, pensar y sentir únicas y muy valiosas para el propio crecimiento personal.

A través de estas experiencias individuales que cada cual comparte y aporta, el grupo se nutre y crece.

 – Genera movimiento interno y grupal, las condiciones del grupo terapéutico lo convierten en una sociedad peculiar que favorece el cambio individual (Peñarrubia). Tanto lo que pasa, como lo que no pasa dentro de un grupo, provoca un movimiento interno en cada uno/a de sus integrantes. Y a su vez, estos movimiento individuales, generan uno grupal.

 – Refleja los puntos ciegos, es como si el grupo tuviera una sabiduría propia que supera a la del/la terapeuta.

El grupo posee la capacidad de ver aquellos aspectos propios de los que la persona por sí misma, no es consciente. Ayudando así a poder ver más allá, denunciando estos aspectos, apoyándolos o reflejándolos.

 – Permite explorar nuevas formas de relacionarse, ofreciendo un espacio seguro donde poder experimentar y explorar, con ayuda de los demás integrantes y el coordinador, nuevas formas de relacionarse con el mundo y con uno mismo. Formas más auténticas para el individuo, con las que, a pesar del miedo e inseguridad iniciales, poder sentirse más en consonancia.

 – Brinda apoyo y soporte, el grupo genera una red de soporte donde cada persona puede sentirse comprendida, escuchada, respetada y apoyada en su experiencia. Cuando uno/a se siente acompañado/a puede realizar un camino con más luz, la que le brindan los/as que van a su lado.

 – Favorece el sentido de pertenencia, este aspecto es muy importante, ya que la experiencia de pertenecer, sentirse parte de un todo más allá de la propia individualidad, pone en marcha sentimientos de confianza, adecuación, compromiso y cercanía. Genera fuerza e impulso y aleja la sensación de soledad. Estás unido/a a personas con las que compartes ideas, sentimientos, objetivos, etc.

Aquí es donde cobra fuerza el principio «el todo es más que la suma de sus partes».

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