Si te dice algo este círculo vicioso… para. Replanteate desde dónde has empezado (exigencia, vergüenza, comparación, culpa…), date tiempo para ver qué necesidad tienes y sentir cuál es tu deseo. Después ten en cuenta tus capacidades, tus límites y ajusta al máximo tus expectativas, toca tierra. Es más fácil sostener cualquier cosa cuando tenemos los pies en la tierra.

No es lo mismo querer que nuestro cuerpo esté lo más fuerte y sano posible, que querer tener otro cuerpo

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