La sobreprotección anula.
Anula las necesidades, los deseos, la espontaneidad, la creatividad…
La sobreprotección bloquea las emociones, genera impotencia, rabia y sentimientos de inutilidad.
La sobreprotección ahoga y limita el desarrollo de las propias capacidades.
Nos deja indefensas y desprotegidos ante el mundo, ante los demás, ante nosotros/as mismos/as.
El sobreprotegido es un abandonado en su necesidad.
La sobreprotegida es una invadida en su intimidad.
Deja de anularle/a, acompaña, respeta, hazte cargo de lo tuyo y contente.
0 comentarios